En nuestra entrada “De Finlandia para el mundo”, les contamos la historia de éxito y reinvención de la empresa finlandesa Nokia. A través de los años, ésta ha cambiado su core business adaptándose a los tiempos y a las necesidades del mercado. La compañía comenzó vendiendo papel higiénico, posteriormente se dedicó a la telefonía móvil, actualmente son expertos en productos de tecnología 5G y soluciones de IoT. El carácter resiliente e innovador de Nokia no es producto de la casualidad, éste es un reflejo de su país de origen, Finlandia.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, el país nórdico se encontraba en una situación compleja. Durante la guerra, Finlandia había estado involucrada en un conflicto tanto con la Unión Soviética como con las potencias del Eje, aliándose con Alemania. En septiembre de 1944, Finlandia firmó un armisticio con la Unión Soviética, lo que implicaba que se comprometía a desmilitarizar, a expulsar a las tropas alemanas de su territorio y a llevar a cabo reparaciones de guerra.
Finlandia perdió el nueve por ciento de su territorio ante la URSS y las reparaciones de guerra, mencionadas anteriormente, representaron un fuerte golpe a su economía. Por las exigencias geopolíticas, el país se tenía que industrializar si o si. Se incentivó la modernización de la industria y la eficiencia en la producción.
Aunque Finlandia no fue un receptor directo del Plan Marshall, el clima de recuperación económica y la necesidad de reconstruir Europa ayudaron a los finlandeses a recibir asistencia indirecta y acceso a mercados occidentales. Los abundantes recursos naturales y minerales, fueron utilizados para desarrollar industrias como la maderera, la del papel, minera y metalúrgica. Se realizaron grandes inversiones en infraestructura. La instalación de redes de transporte permitió la movilidad de materias primas y productos terminados.
La mejora en el sistema educativo y la formación técnica proporcionaron una mano de obra calificada que fue fundamental para la industrialización. Finlandia adoptó nuevas tecnologías y métodos de producción, especialmente en industrias como la electrónica y las telecomunicaciones, lo que le permitió ser competitiva en el mercado internacional.
El gobierno implementó políticas favorables a la industrialización, incluyendo incentivos fiscales y apoyo a la investigación y el desarrollo. La estabilidad política y social tras la guerra permitió crear un entorno propicio para el crecimiento económico y la inversión.
En las décadas de 1950 y 1960, Finlandia experimentó un rápido crecimiento industrial, lo que llevó a la reducción del desempleo y a una mejor calidad de vida. El crecimiento industrial fue cimentado en dos pilares fundamentales: educación y tecnología. A la fecha, éstos siguen siendo vitales en el país nórdico.
El gobierno finés considera a la educación y a la tecnología como prioridades estratégicas. Se destinan recursos significativos a la investigación, la formación de personal capacitado y el desarrollo de infraestructuras tecnológicas. Los ciudadanos valoran su sistema educativo y consideran que es una de las razones principales del éxito del país. La educación se percibe como un derecho y se le atribuye un papel crucial en la movilidad social y la igualdad.
Finlandia busca posicionarse como líder en la economía basada en el conocimiento, entendiendo que la educación de alta calidad y la innovación tecnológica son esenciales para la sostenibilidad y competitividad futura del país.
Finlandia es el hogar de empresas tecnológicas de renombre y se ha convertido en un centro para startups y emprendimientos innovadores, especialmente en el campo de la inteligencia artificial y la tecnología digital. Los ciudadanos fineses suelen estar abiertos a la adopción de nuevas tecnologías y consideran que juegan un papel importante en mejorar su calidad de vida.
La educación y la tecnología son fundamentales para el gobierno en su visión de un futuro sostenible y próspero.
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Saludos intergalácticos, El Chico Vaspec.
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