En segundo de prepa fui a una fiesta, como era costumbre en esa época, me puse un poco borracho, sólo un poco. En mi borrachera, mientras hablaba con la novia de un amigo, confesé que lo que más me gustaba en este mundo era leer y que en esos momentos hubiera preferido estar leyendo “un buen libro” en mi casa que estar en aquella tertulia de preparatorianos. El lunes en la escuela fui la comidilla y de ñoño no me bajaron durante unas semanas; se mencionó mucho el término “un buen libro”.
Tiempo después descubrí los clubes de lectura, de los cuales nunca he sido un gran fanático. Éstos tienen características muy específicas. Generalmente, los miembros del club eligen un libro para leer en conjunto, la elección se puede hacer por votación o rotación. Se establecen encuentros periódicos, que pueden ser semanales, quincenales o mensuales, donde se discute el libro en cuestión. Muchas veces, hay una persona que guía la discusión, aunque esto no siempre es necesario. Los clubes de lectura pueden ser formales o informales y pueden celebrarse tanto en lugares físicos, como bibliotecas, cafés o casas de los miembros, como en línea a través de redes sociales o foros digitales.
En el verano del 2023 un grupo de amigos realizó un evento sin precedentes en la ciudad de Nueva York. Se reunieron en la azotea donde vivían dos de los amigos, prepararon una playlist y cada quien llevó su libro; acudieron diez personas y así nació Reading Rhythms. Cabe destacar que no es un club de lectura; es una fiesta de lectura. En estos eventos, los asistentes reservan su lugar a través de la página web oficial y asisten al lugar señalado con un libro para leer. El formato es el siguiente: veinte minutos de lectura con música de fondo, después quince minutos en donde los asistentes platican de lo que están leyendo, posteriormente treinta minutos de más lectura y todo culmina con una charla sobre un tema en específico en donde los lectores pueden participar. Lo más interesante de esta dinámica es que conviven personas de sesenta o cincuenta años con lectores de la generación z, sin importar la edad comparten distintos puntos de vista respecto a los libros.
Ben Bradbury uno de los fundadores de Reading Rhythms y de origen británico, menciona que leer no tiene que ser algo solitario. Al contrario, puede ser muy social. Hablar de lo que uno está leyendo es una gran manera de romper el hielo con otros individuos. Él mismo vivió lo difícil que es el aislamiento; le fue complicado tener un círculo cercano cuando llegó a la Gran Manzana en el 2017 y sólo conocía a una persona en la ciudad. Por eso, Bradbury sabe de la necesidad de formar comunidades y no hay mejor manera que hacerlo que a través de la lectura.
La creación de encuentros de lecturas simultáneas empezó a cimentarse cuando Ben y su roomie, Tom Worcester, se percataron de que la vida social no les permitía enfocarse en la lectura como les gustaría. Surgió la idea de las reuniones, el proyecto se transformó en un fenómeno social y engendró una nueva forma de convivencia. En noviembre de 2023 en TikTok se viralizó un video de Reading Rhythms, lo que captó la cobertura de los medios y la noticia tuvo una gran resonancia. En poco más de un año se han realizado más de 150 eventos literarios. En el Public Square and Gardens at Hudson Yards en Manhattan se realizó un evento al que acudieron más de 700 personas.
En la página web de Reading Rhythms https://readingrhythms.co/ aparecen los eventos futuros y uno puede adquirir los boletos. Cabe destacar que el movimiento no sólo tiene presencia en NY, también hay fiestas literarias en Washington DC, Los Angeles y Londres. De igual manera, aparece la opción de llevar Reading Rhythms a la ciudad en donde uno reside. En el mismo sitio web está el enlace para seguirlos en Instagram, en donde tienen más de 60,000 seguidores. Asimismo, encontrarán el link para escuchar su playlist en Spotify.
Queridos vaspec-citos, ¿acudirían a una fiesta literaria?
Saludos intergalácticos, El Chico Vaspec.
Deja un comentario