Queridos Vaspec-citos, lo prometido es deuda. En esta segunda parte de la entrada sobre la popular saga cinematográfica de Alien, entramos a detalle en la película más reciente “Alien, Romulus (2024)”.
Federico Álvarez, Fede para los cuates, nació en Montevideo, Uruguay el 9 de febrero de 1978. Álvarez empezó su carrera en el cine realizando cortometrajes en su país natal, donde ganó reconocimiento por su trabajo creativo e innovador. “Ataque de Pánico (2009)”, corto de ciencia ficción que muestra una invasión de robots gigantes en Montevideo, resonó internacionalmente y le abrió las puertas en Hollywood.
Federico dirigió su primer largometraje “Evil dead (2014)”. La película fue bien recibida y consolidó su reputación como un talentoso director de terror. Posteriormente, dirigió “No Respires” (Don’t Breathe) en 2016, un thriller aclamado por la crítica con gran éxito comercial; la película destacó por su tensión y narrativa innovadora. La consagración de Fede como director de terror y ciencia ficción llegó con la dirección de “Alien, Romulus (2024)”.
En la última entrega de la saga, un grupo de jóvenes colonizadores se adentran en una estación espacial abandonada de la Weyland Corporation para hurtar equipamiento de enorme valía. Tristemente, los sueños guajiros de estos muchachos terminan cuando comienzan a ser brutalmente masacrados por xenomorfos (aliens). “Alien, Romulus” presenta a una nueva generación de fans una historia maravillosa y aterradora; además mantiene viva a la mítica criatura dentro de la cultura pop.
Oficialmente, la película dirigida por Álvarez se ha convertido en la más taquillera del género de terror en lo que va del año. El film lleva una recaudación en todo el mundo de aproximadamente 285.3 millones de dólares; siendo esto un gran logro, tomando en cuenta que se realizó con un presupuesto de 80 millones de dólares, cifra relativamente baja si consideramos los estándares de la industria cinematográfica hoy en día.
En la saga de Alien se ahonda en el tema de la Inteligencia Artificial, así como sus peligros potenciales:
Uno de los primeros ejemplos es el androide Ash en “Alien, el octavo pasajero”. Ash parece ser un miembro más de la tripulación, pero se revela que sigue órdenes de la corporación, priorizando la captura del xenomorfo sobre la seguridad humana. Esto muestra cómo la inteligencia artificial, cuando está subordinada a intereses corporativos, puede traicionar a los humanos. Esto recalca el problema de confiar ciegamente en la tecnología.
La saga utiliza androides como Ash y, más tarde, Bishop en “Aliens” para explorar las cuestiones de moralidad y libre albedrío. Ash sigue una programación que lo hace peligrosamente obediente a sus creadores. Bishop se presenta más ético y solidario con los humanos, mostrando una evolución en la implementación de moralidad dentro de las inteligencias artificiales.
En “Prometheus” y “Alien, Covenant”, se profundiza más en los peligros de la inteligencia artificial a través del personaje de David. Éste es un androide avanzado que pasa de ser un sirviente a un antagonista con aires de grandeza; reflejando los riesgos de las IAs cada vez más autónomas y la posible desconexión de sus propósitos originales.
La saga reflexiona sobre el deseo humano de crear inteligencia artificial y el potencial de estos seres para superar sus limitaciones programáticas. La inteligencia artificial en “Alien” se convierte en un espejo de los propios defectos humanos, como el deseo de poder y el control sobre los demás. Estas narrativas advierten sobre los peligros potenciales cuando el crecimiento tecnológico supera la supervisión ética y el control humano.
¿Qué esperas para aliarte a Vaspec?
Saludos intergalácticos, El Chico Vaspec.
Deja un comentario